La Ciudad Imperial

La Ciudad Imperial de Hue se encuentra en la zona central de Vietnam, y es una de las principales paradas en las rutas turísticas del país. Sobre esta ciudad he escuchado versiones contradictorias: a algunos les gusta bastante, pero otros en cambio dicen que no merece la pena y que es preferible visitar la vecina Hoi An y pasar de largo. Así que, ante tanto comentario, ya iba siendo hora de viajar a Hue y formar mi propio criterio.

El madrugón para coger el avión fue monumental. Mi vuelo salía a las 5,40 de la mañana, así que tuve que salir de casa a las 4,15. Eso sí, nunca he ido tan rápido al aeropuerto, una gozada lo de conducir sin nada de tráfico. En mi camino al aeropuerto me crucé con gente haciendo ejercicio o saliendo a correr. ¡Motivation power a las 4 de la mañana, olé!

Aterricé a las 7 de la mañana y antes de las 8 ya estaba en el hostel. Hostel Tintin es el albergue más barato en el que he estado. 2,30 EUR por noche en un sitio bastante decente, bien localizado, con desayuno incluido, aire acondicionado, wi-fi, café gratis… No entiendo cómo hacen las cuentas, pero ahí están.

Tras tomar un typical breakfast a la vietnamita, alquilé una moto y me fui a recorrer las afueras de la ciudad. Hue fue residencia de emperadores, y en los alrededores pueden encontrarse varias tumbas imperiales, mejor y peor conservadas, más o menos lujosas. Para entrar en el recinto de las tumbas hay que pagar 50.000 VND o 100.000 VND (unos 2-4 EUR) en cada una.

Tras una maravillosa puesta de sol en la pagoda de Chua Thien Mu, me reuní con Juan, un amigo que había conocido en Saigón y que estaba recorriendo el país. Dimos una vuelta para ver por fuera la Ciudad Imperial, que casualmente estaba abierta al público. Tuvimos mucha suerte, porque normalmente los monumentos en Vietnam cierran a las 18h, y nos imaginamos que estaría cerrada. Así que pudimos visitar el interior de la Ciudad Imperial de noche. Una experiencia única, estaba todo iluminado, muy tranquilo, con pocos turistas, e incluso pudimos asistir a unos espectáculos de teatro y danza del fuego.

Luego quedamos a cenar con otra amiga de Saigón, Gloria, que casualmente estaba de visita con unos amigos suyos. (Al día siguiente me encontré con mis compañeros de piso en un restaurante, por lo visto, medio Saigón se había puesto de acuerdo para ir este fin de semana a Hue)

Al día siguiente fuimos al parque acuático abandonado, un lugar bastante peculiar y alternativo para visitar. Al parecer, se invirtió mucho dinero en este complejo, construido alrededor del lago Thuy Tien, pero nunca se llegó a abrir. De no ser porque nos tocó un día soleado, el lugar sería un tanto tétrico. A algunos vietnamitas les da miedo venir aquí porque dicen que está embrujado, pero otros en cambio se montan un picnic, ¡o realizan el reportaje fotográfico de la boda!

Y por la tarde, para cambiar un poco de aires, nos fuimos a la playa, que está a unos 20-30 min en moto de la ciudad. Buen modo de acabar el día, con un chapuzón fresquito.

Mi impresión sobre Hue ha sido bastante positiva. Tal vez se deba a que mis expectativas eran más bien bajas. Es una ciudad tranquila, perfecta para escapar un fin de semana del bullicio de Saigón. Además, alquilando una moto es fácil desplazarse por las afueras, donde hay muchos rincones que visitar. Muy recomendable. Lo que ahora me queda pendiente es hacer en moto la ruta Hoi An-Hue, o viceversa, que mucha gente me ha recomendado. ¡Un plan para otro fin de semana!

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