Camboya de norte a sur

Lo prometido es deuda, así que en este post pretendo contar con todo lujo de detalles nuestro viaje por Camboya, primer destino de la laaaarga lista de países asiáticos que queremos visitar durante el año.

 

Día 1: Llegada a Siem Reap

El vuelo desde Ho Chi Minh a Siem Reap es muy corto, no llega a una hora, y de esta manera nos ahorramos un día entero de bus. Al llegar al control de pasaportes, a los turistas les hacen un «visa on arrival», es decir, un visado de llegada, cuya obtención no requiere ningún trámite previo. Eso sí, lleva dinero en efectivo (30 $ ó 35 €), ya que no aceptan tarjetas de crédito y una foto tipo DNI (si no llevas foto no es grave, a nosotros no nos pusieron pegas, pero es mejor tenerla por si acaso).

Tras pasar el control nos esperaba un tuc-tuc que nos llevaría a nuestro hotel. Antes de dormir dimos una vuelta por Pub Street y el Night Market de Siem Reap, animadas zonas muy frecuentadas por turistas. Cena en un indio-nepalí, y a dormir. Tocaba descansar bien para el intenso día que nos esperaba. Esa misma noche fijamos un precio (15 $ en total) con el conductor del tuc-tuc para que al día siguiente fuera nuestro chófer privado por el recorrido de los templos.

 

Día 2: Templos de Angkor

Teach, el conductor de tuc-tuc, nos esperaba puntual a las 8,30. Nos llevó a la entrada del recinto, donde compras el ticket diario por 20 $, ¡ y a viajar atrás en el tiempo!

Los restos del antiguo imperio khmer son con razón el principal atractivo turístico del país. Cada templo tiene su propia personalidad, algunos son ruinas invadidas por la imparable vegetación de la selva, mientras otros se alzan imponentes como grandes ciudadelas.

Para gente que le guste especialmente la arquelogía, un día de visita puede quedarse corto, pero para nosotros fue suficiente. Cerramos el tour admirando la puesta de sol, aunque lo que debe ser en realidad impresionante es el amanecer, ya que el sol sale justo detrás de la fachada principal del templo de Angkor Wat, orientada hacia el oeste.

 

Día 3: Siem Reap

Siem Reap es un pueblo turístico, con una variada oferta de restaurantes y tiendas. En el mercado principal hay que regatear para conseguir buenos precios. Lo normal es que puedas obtener una rebaja del 50% sobre el precio inicial.

El pueblo no tiene ningún monumento relevante, aparte de un pequeño complejo de templos budistas, donde se puede observar a los monjes meditando y recitando oraciones.

Nos tomamos el día de relax, tomando un café aquí, un batido allá, un masaje entre medias… A última hora nos montamos en el bus nocturno que nos llevaría a Phnom Penh, la capital de Camboya.

 

Día 4: Phnom Penh-Kampot

El bus-cama fue más cómodo de lo esperado. Eso sí, el estándar de cama no está preparado para las alturas occidentales, de modo que tanto Pino como yo tuvimos que dormir con las piernas colgando por el pasillo. A pesar de eso, pudimos conciliar el sueño.

Aprovechando este primer trayecto en bus quiero hacer un inciso sobre las distancias por carretera en estos países. Aquí no se pueden tomar referencias europeas en cuanto a distancias-duración del viaje. Las carreteras están en muy mal estado y los vehículos van despacio. Por lo tanto, un viaje de 200 km puede durar fácilmente unas 4h. 

Llegamos a Phnom Penh a las 5 de la mañana y a las 7h30 pillamos una miniván rumbo a Kampot. En este pueblo nos alojaríamos en el Arcadian, un refugio para mochileros en medio de la selva. El Arcadian es un recinto de bungalows pegado al río. Tienen montado lo que ellos llaman un «parque acuático», con tobogán, lianas, columpios y otra serie de artilugios para tirarte de todas las maneras posibles al agua patos.

 

   

 

Día 5: Kampot-Sihanoukville-Koh Rong

Tras un par de tuc-tucs y furgonetas llegamos a Sihanoukville, un enclave costero desde el que parten todos los ferris hacia las islas de Koh Rong y Koh Rong Samloem. Sihanoukville no tiene nada, es un pueblo muy feo, pero la playa está llena de chiringuitos donde puedes tomar algo mientras esperas a que salga tu barco.

Koh Rong y Koh Rong Samloem son dos islas al suroeste de Camboya conocidas por sus aguas cristalinas y playas de arena blanca. Hay divergencia de opiniones entre cuál visitar, depende de lo que uno busque. La mayoría de la gente coincide en que Koh Rong Samloem está menos explotada, menos poblada y, por tanto, es más virgen. Pero si lo que buscas es más ambiente, bares y algo de vidilla, es mejor ir a Koh Rong. En este blog se describen en detalle las diferencias: http://dontforgettomove.com/koh-rong-or-koh-rong-samloem/. En nuestro caso, tuvimos una mezcla de ambos conceptos ya que nos alojamos en Coconut beach, en Koh Rong, y dentro de la isla, es una zona apartada, muy tranquila y con poca gente.

 

Día 6: Koh Rong

Sol y playa. Y sobre todo, cero prisas. Si en Camboya la gente va despacio y se toma la vida a otro ritmo, en esta isla más aún. Tardaron en traer el desayuno una hora. Buenas prácticas para ejercitar la paciencia.

Tras un par de chapuzones y tostarnos un poco en la playa, contratamos una excursión de día en barco. Por 10 $ cada uno estaba incluido snorkelling, fishing, y puesta de sol con barbacoa en Long Beach, la playa más grande de Koh Rong. Menos mal que las habilidades pesqueras de los camboyanos eran mayores que las de los turistas que íbamos en el barco. Dos camboyanos pescaron unos 20 peces, mientras que entre 15 extranjeros sólo llegamos a uno. Pescado a la brasa fresco, fresco. Y ya volviendo a Coconut Beach, ver el cielo estrellado desde el barco fue un espléndido cierre de día.

 

Día 7: Koh Rong-Sihanoukville

Al igual que el día anterior Marga y yo nos levantamos a las 6h15 para ver el amanecer en la cama. Y de nuevo, segundo fracaso. Ambos días el horizonte estaba cubierto de bruma, por lo que no pudimos ver el despertar de Lorenzo. Más tarde, aprovechamos para visitar un pueblo local de pescadores. La gente estaba atareada con sus quehaceres cotidianos: limpiar pescado, lavar los utensilios de cocina, hacer la comida… Éramos los únicos turistas, y unos cuantos niños nos saludaron con un simpático «Hello!»

    

A las 15h30 cogimos el ferri de vuelta a Sihanoukville. Dejamos nuestras mochilas en el hostal y nos encontramos con Gon, que había viajado hasta entonces por su cuenta con su primo Javi y Pía, que trabajan en una ONG con discapacitados en Camboya. Una vez reunidos, intercambio de anécdotas, cañas al borde del mar y cena típica camboyana.

 

Día 8: Sianoukhville-Ho Chi Minh City

Día entero de furgoneta. Hicimos transbordo en Phnom Penh para cambiar de vehículo y comer algo. El tráfico de la ciudad era terrible y temimos no llegar a tiempo para el transbordo. Por suerte, conseguimos llegar a tiempo. Viaje en carretera hasta Ho Chi Minh con parada en la frontera para control de pasaportes. Sin contratiempos.

 

A modo de resumen, podría decir que nuestro primer viaje ha sido todo un éxito, más aún habiéndolo planificado todo en el último momento. Camboya me ha parecido un país muy pobre en comparación con Vietnam, pero con gente agradable y cercana. Viven la vida a su ritmo, sin prisas, con calma.

 

¡Gracias a Marga y Pino por las fotos!

Licencia Creative Commons
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

Deja una respuesta