En Tailandia se ofrecen muchas actividades con elefantes. Sin embargo, conviene informarse bien antes de elegir una excursión. Investigando un poco, descubres que los tour organizados a lomos de un paquidermo no son una opción recomendable si te consideras un amante de los animales (como es mi caso).
El afán lucrativo de muchas agencias les lleva a montar numerosas excursiones a lo largo del día. Más clientes = más dinero. Los animales acaban agotados y sufren secuelas físicas por el elevado peso que tienen que cargar durante muchas horas.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que un elefante es un animal SALVAJE. No es un animal doméstico, como podría ser un caballo. Por lo tanto, para ellos no es natural que alguien se suba a su lomo. ¿Por qué entonces los elefantes que se ven en este tipo de excursiones son dóciles y mansos? Porque cuando son crías se les somete al terrible proceso del Phajaan. Phaajan en tailandés significa romper. Y esto es precisamente lo que se hace, se rompe el espíritu del animal. ¿Cómo? Mediante torturas y abusos de todo tipo tanto físico (golpes, cadenas) como psicológico (aislamiento, abandono).
Por eso, recomiendo ir a santuarios, como Elephant Nature Park. En estos lugares realizan una gran labor de sensibilización y concienciación. Muchos de los elefantes que viven aquí han sido rescatados del mundo del espectáculo o de la industria maderera. Organizan actividades que no supongan un maltrato al animal, como darles de comer, bañarlos en el río, hacer un trekking con ellos (no sobre ellos).
