Halong Bay es uno de los principales destinos turísticos de Vietnam. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994 y una de las siete maravillas naturales del mundo en 2011. Tanta publicidad provoca que cada año acudan a la Bahía millones de visitantes. Mucha gente se queja de que está masificada de turistas y que el elevado número de barcos resta encanto a un lugar que debería ser mágico. Por eso, si uno quiere escapar de las marabuntas de turistas una opción que se recomienda es la Isla de Cat Ba. Esta Isla está muy cerca de la Bahía de Halong, el paisaje es muy similar y es menos conocida por los turistas occidentales. Resalto occidentales, porque precisamente el fin de semana que he estado allí occidentales no he visto muchos, pero hordas de vietnamitas sí. Ya me avisaron de que podría ocurrir, que estamos en temporada alta para los vietnamitas y que podríamos encontrarnos con mucha gente en la isla. Comienzo a contar la aventura…
Aprovechando que mi primo Martín estaba recorriendo Vietnam al estilo mochilero durante 3 semanas, nos organizamos para reunirnos en Hai Phong y de allí coger un barco a Cat Ba. Hai Phong es la 3º ciudad más grande de Vietnam, pero no tiene ningún atractivo turístico. No es más que un punto de paso para llegar a Cat Ba. Pues bien, llegamos el viernes a las 8h30 al puerto de Phà Binh y nos encontramos la dársena llenísima de gente (90% vietnamitas). Todos ellos estaban esperando su turno para salir rumbo a Cat Ba. No quedaban pases para el bote de las 9h, así que tuvimos que esperar un buen rato hasta el siguiente speed ferry que saldría a las 12h. El supuesto speed ferry era todos menos speed, ya que tardamos casi 2h, pero resultó ser un simpático paseo, sobre todo al final, en el que pudimos admirar el paisaje de la isla desde el mar.
Una vez en el puerto de Ben Tau Cat Ba fuimos a nuestro hostel. Lepont Bungalow Hostel fue una opción acertadísima. Por solo 8 USD/noche teníamos una habitación compartida de literas, vistas al mar y un desayuno incluido tipo buffet bastante completo. Esa tarde hicimos una ronda exploratoria a Bai Tam Cat Co 3, la playa más cercana a nuestro hostel (5 min andando). Fiasco total. La playa estaba invadida por vietnamitas, cual sardinas en lata.
Así que desistimos del plan playero y nos fuimos al Cannon Fort Phao Dai Than Cong, un antiguo fuerte militar situado en una cima de la Isla. El fuerte en sí no vale nada, unas pocas rocas y alguna maqueta cutrecilla con maniquíes vestidos con uniforme militar. Lo que merece la pena son las vistas, especialmente para disfrutar de la puesta de sol. Aquí Martín sacó su ukelele, lo que supuso una delicia para los pocos que nos encontrábamos allí. Hicimos amistad con un grupo de británicos que se ofrecieron a llevarnos de vuelta al hostel en sus motocicletas, y allí nos quedamos un rato jugando a las cartas y amortizando la happy hour.
Para el día siguiente contratamos un tour organizado de 8 a 17h por 15 USD. El tour consistía en una vuelta por el archipiélago de Cat Ba, un rato de kayaking, comida en el barco, chapuzón en unas rocas y visita a Monkey Island. El paseo en barco fue espectacular, el paisaje es increíble, y estaba todo muy tranquilo y solitario, lo que aumentaba la autenticidad del lugar. La peor parte fue al final, en Monkey Island, que se encontraba en un estado similar a la playa del día anterior: hasta los topes de vietnamitas. La Monkey Island se llama así porque supuestamente viven muchos monos en ella. Creo que los pobres habían huido a las profundidades de la isla ante la invasión vietnamita porque solo vimos uno a lo lejos apostado en un árbol.
El domingo fuimos temprano al puerto a las 8h30 de la mañana a comprar los pases de barco para volver a Hai Phong (habíamos estado el día anterior, pero nos dijeron que volviéramos por la mañana, que teníamos que comprar los billetes el mismo día). ¡Cuál es nuestro terror cuando dicen que no hay hueco en ningún barco de vuelta a Hai Phong en todo el día! Al final, aquello es una mafia, y hablando con unos y con otros, conseguimos billetes en el barco de las 12h. Una pena porque habíamos alquilado una moto para recorrer la isla en moto durante todo el día y pretendíamos coger el último bote de las 15h. Así que al final tuvimos que hacer una ronda rápida para estar de vuelta en la terminal de ferries a las 12h. La vuelta en moto por el interior de la isla fue increíble. El interior de Cat Ba está bastante deshabitado, son todo bosques salvajes. Aquellas selvas parecen sacadas de una película de Parque Jurásico, no nos habría chocado habernos cruzado en la carretera con un Tyrannosaurus rex. En el camino encontramos algunas playas desiertas, ni un solo alma había allí.
Me alegro de haber ido por fin a la zona de Cat Ba – Bahía de Halong, ya que es la principal atracción natural del país y ya iba siendo hora que la viera con mis propios ojos. Como he explicado, algunas zonas de la Isla estaban atestadas de vietnamitas (sobre todo, por ser época de vacaciones para ellos), pero a nada que coges una moto y te alejas un poco de los núcleos de población, es fácil encontrar espacios de paz y tranquilidad.
¡Gracias primo por acompañarme en esta aventura! ¡Nos vemos a la vuelta en España!