Vivimos en un mundo de pantallas. La pantalla del teléfono móvil, la pantalla del ordenador, la pantalla de la televisión… Y aunque gracias a las nuevas tecnologías estamos más conectados que nunca, también es cierto que uno de los grandes males del s.xxi es la soledad. Estas relaciones virtuales son incapaces de sustituir a una relación interpersonal física con otra persona delante.Una ciber-conversación por whatsapp nunca podrá igualar una buena charla acompañado de un café/cañas. A través de una pantalla («Black mirror» en inglés, una conocida serie de TV que recomiendo a todo el mundo) pierdes el contacto visual con otra persona. Y ese contacto es algo único.
Hay gente a la que le cuesta mucho mirar a los ojos. Más aún en los países asiáticos. Pero en la mirada se localizan las emociones y pensamientos más profundos. Es una forma maravillosa de conectar con otro ser humano.
Por eso, cuando vi en mi viaje a Hong Kong a este grupo de jóvenes no pude evitar unirme a ellos y vivir un minuto de contacto visual en silencio con un desconocido.
No hacía falta decir nada. Simplemente fijar los ojos en la otra persona y a través de la mirada llegar a lo más íntimo de su ser. Fue una experiencia fabulosa.
Que bueno!! Tiens toda la razón en lo que dices. Es tremendo como las nuevas tecnologías han reemplazado las relaciones sociales directas, personales…miedito da…