Éste ha sido el viaje más last-minute que he hecho en mi vida. Saqué los billetes la mañana del viernes a las 9h30 y el vuelo salía del aeropuerto ese mismo día a las 15h10. ¿Cómo así? Compré los billetes el fin de semana anterior (o al menos eso creía yo que había hecho) pero al comprobar los billetes la misma mañana, ver que no había ningún e-mail en la bandeja de entrada y llamar a la compañía aérea, me di cuenta de que no había finalizado correctamente la compra. Menos mal que los vuelos no habían variado en precio, así que pude comprar los billetes por el módico importe de 100 €.
En este viaje tuve la suerte de contar con la fantástica compañía de Alejandra y David. Ellos se alojaron en un hotel y yo dormí en casa de Alberto, buen amigo y compañero mío de «pupitre» durante todo el máster del ICEX. Todo un lujo, ya que, aunque Hong Kong no es una ciudad de precios altos en cuanto a comida o transporte, los hoteles en cambio son carísimos.
Viernes
Llegada al aeropuerto de Hong Kong. Compramos la octopus card, una tarjeta-monedero que te sirve para pagar en todos los medios de transporte público de la ciudad, ¡e incluso en algunos comercios y tiendas!
Tras dejar a Alejandra y David en su hotel y reunirme con Alberto, salimos de fiesta por D’Aguilar Street con su novia y grupo de amigos. ¡El ambiente nocturno de Hong Kong por la noche es una pasada! No sé si fue porque justo coincidió con St. Patrick’s day, o suele ser así todos los fines de semana, pero el hecho es que había muchísima gente por la calle. Tampoco aguantamos hasta muy muy tarde que al día siguiente me tocaba madrugar.
Sábado
¡Comienza el tour por la ciudad…!
Garden of Stars: simpático jardín con estatuas y huellas de manos de actores/actrices de Hong Kong (de las cuales dado nuestro limitado conocimiento del cine local sólo conocemos a Bruce Lee)
Victoria Peak: una montaña a la que se sube en funicular. Desde arriba las vistas de la ciudad son espectaculares, pero nosotros no pudimos ver mucho porque estaba nublado…
Soho: el barrio financiero de la ciudad, con impresionantes rascacielos
Nathan Road: la típica calle llena de letreros luminosos en chino
Ladies Market: un mercado popular para comprar ropa, aparatos electrónicos, souvenirs… como siempre hay que regatear con los comerciantes para conseguir buenos precios
Tamar Park: un espacio verde situado al borde del mar. Estaba lleno de parejas realizando el reportaje fotográfico de la boda
Y para terminar… ¡cena en Tim Ho Wan, el restaurante con estrella Michelín más barato del mundo! Por unos 6 € por cabeza nos forramos a dim-sun y otras especialidades de la cocina china. Lo mejor de todo, el «cha siu bao», unos bollos rellenos de carne a la barbacoa. ¡Delicioso!
Domingo
Excursión a Lantau Island para ver el Big Buddha. Antes de partir, tocaba desayuno de despedida con Alberto y Marian. Alberto nos llevó a un local típico donde nos sirvieron el desayuno que sería el resultado de la fusión china-británica: té, tostadas con huevos revueltos y sopa de fideos con jamón.
El Big Buddha está situado entre majestuosos bosques y junto a uno de principales centros de peregrinación de Hong Kong: el Monasterio Po Lin. Para ver más de cerca esta imponente estatua de bronce hay que subir 268 escalones.
Nos tocó de nuevo día nublado y esta vez con un poco de lluvia, pero probablemente este tiempo le dé al paisaje un toque aún más misterioso y mágico.
Ha sido un viaje breve y me he quedado con ganas de más. Hong-Kong es una ciudad muy moderna, con rascacielos, imponentes edificios, coches y tiendas de lujo, pero a la vez puedes encontrar rincones muy locales y auténticos, que conservan ese toque tradicional.